Aislínn Rodríguez Brunal
Dentro del ejercicio como psicólogos educativos existen diversas dicotomías, una de ellas acerca de cómo es la relación de la psicología con la educación:
Unidireccional: la psicología aplicada a la educación, la cuál explica que la base de la psicología educativa está en la psicología general y que esta última debe investigar y estudiar los procesos cognitivos y comportamentales de los seres humanos y luego utilizar lo aprendido sobre estos para aplicarlo en la educación, y que la labor de los educadores es más bien pasiva ya que estos únicamente reciben de los psicólogos y ponen en práctica.
Bidireccional: la psicología de la educación como disciplina puente, entendiendo que en esta la psicología estudia la cognición y los comportamientos de los individuos dentro del contexto educativo, y en el ámbito educativo se encargan de aplicar estos conocimientos fundamentados en las investigaciones que la psicología permite hacer.
De esta manera, para mí, la manera menos reduccionista de ver la psicología de la educación es desde esta perspectiva que nos habla de la interdependencia entre psicología y educación y que nos permite hacer reflexiones apropiadas y contextualizadas acerca de lo que sucede en las instituciones, en el marco de la ciencia psicológica. Esto a su vez, amplía las investigaciones y permite que la educación sea más efectiva y eficaz.
Es importante en este punto destacar la relevancia que tienen las instituciones (que representan procesos de socialización) dentro de la psicología educativa y cómo el contexto jugará ese papel clave dentro de la investigación en psicología y la aplicación de los conocimientos adquiridos de esta.
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